*(Kokorono wasurenai itami: Passato/ El dolor inolvidable del alma: Passato)

Los segundos se vuelven minutos; los minutos, horas; las horas, días; los días, semanas; las semanas, meses y así hasta ahogarnos completamente en nuestro dark abyss. Las rutina ahora se tornan tan tediosas que el corazón no canta en las horas alegres; susurra humedad, rabia, impotencia de ojos que no pudieron cambiar el rumbo de la situación. No importa ya cuantas palabras de viento motivante oigamos, pues hemos caído ciegos al dark abyss, which is eating our, now, weak souls. Nadie nos puede iluminar, sólo nuestra fuerza de vivir nos ayudará a ver la cuerda difuminada que está, desde algunos no sé cuántos días, a nuestro lado.
Aunque, debo confesar que no todos saldremos del abismo oscuro ya que pocos han deseado continuar su camino; tomaron aquellos la salida fácil: abrazar al frío olvido. Los que hemos tomado la cuerda la subimos poco a poco que parece nunca llegar la salida; hay ocasiones, sadly, que por no aferrarnos bien de nuestra salvación nos dejamos caer unos milímetros y dejamos de vivir por unos instantes. Retomamos nuestra lucha; continuamos subiendo mientras rogamos con nuestras dulces rosadas sonrisas sentir el aire primaveral en nuestras mentes [**].
Finalmente, seguimos subiendo por la cuerda tratando de no ser absorbidos en cada movimiento hacia arriba que damos por esa espina del alma punzante, sino, de lo contrario, perderíamos todo logro conseguido desde nuestra caída.