Ha pasado ya unas dos, tres semanas desde mi secuestro. Me han trasladado a otro cuarto. En éste, sólo hay una cama y un buró; el baño no existe, por lo que mis necesidades las hago en una esquina. No es la mejor situación, pero algo es algo. Sin embargo, me angustia que, con todos esos abusos sexuales, no me dan de comer más allá de un pan en las mañanas y a veces sólo agua en las noches. El Rolas siempre me dice que lo que gane yo en los prostíbulos se lo debo dar a él ya que mis ganancias es mi manera de pagar yo la renta de la “bella habitación” en la que me hospedo.
miércoles, 12 de septiembre de 2018
Lágrimas 06: Preocupaciones
Ha pasado ya unas dos, tres semanas desde mi secuestro. Me han trasladado a otro cuarto. En éste, sólo hay una cama y un buró; el baño no existe, por lo que mis necesidades las hago en una esquina. No es la mejor situación, pero algo es algo. Sin embargo, me angustia que, con todos esos abusos sexuales, no me dan de comer más allá de un pan en las mañanas y a veces sólo agua en las noches. El Rolas siempre me dice que lo que gane yo en los prostíbulos se lo debo dar a él ya que mis ganancias es mi manera de pagar yo la renta de la “bella habitación” en la que me hospedo.
jueves, 6 de septiembre de 2018
Lágrims 05: El traslado y un nuevo "hogar"
(Antes que todo, perdonen la demora, peeeeero ayer estuve algo ocupada y ya no pude subir el nuevo capítulo. Sin embargo, espero que me disculpen por la demora y que no me maten por dejarles la historia en un stnad by feo. Atte: Sui Noctis)
miércoles, 29 de agosto de 2018
Lágrimas 04: Esperanza, fortaleza
Despierto una vez más atada de las muñecas en el cuartucho en el que inicié hace unas horas. Enfrente de mí, hay un plato de perro con un poco de agua y tortilla. Lo como con dificultad; el aroma es desagradable al igual que su sabor. El hambre es más grande que todo el feo olor que abunda en el cuartucho este.
sábado, 25 de agosto de 2018
希望Noctis (Kibō Noctis)
¡Hola gente desconocida!
Ésta es una historia que ya lleva sus años escrita por mí. La guardé como una nota en una red social. Pocos la vieron, pero, después de meditar tanto tiempo y desaparecerme de aquí, quiero volver con un un relato que impacte al alma del lector. Sin más les dejo la lectura. Espero que sea de su agrado.
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Voy a cumplir el año de habitar en esta selva llena de ciegos que dicen que ven. He demostrado a mi familia — y por supuesto que también a mí — que he llegado ser más valiente que hace 12 meses. Sin embargo, mi amada familia no ha regresado por mí. Todavía tengo la esperanza de que ellos vengan a recogerme. ¡He cumplido la misión! Espero que me reconozcan ante la suciedad que mi cuerpo, ahora flaco como los hashi (palillos japoneses), ha llevado en este tiempo cruel como símbolo de samurai que ha ganado en la guerra.
Lágrimas 03: El encierro
Abro mis ojos. Siento que cada muñeca está amarrada hacia unos tubos, mi trasero reposado en un suelo frío y húmedo. No veo más que una puerta a lo lejos, de la cual sale una luz tenue. Escucho un poco de barullo. Son las voces de esos dos hombres y de otros que no reconozco. Mi miedo aumenta tanto que quiero llorar; mis lágrimas lamentablemente se detienen en las cuencas de mis ojos ámbar. La puerta de aluminio se abre.
Lágrimas 02: El transporte
En el camión rtp 1607, que va lleno de gente, voy parada con mi mochila debajo de entre las piernas. Me pongo mis audífonos para pasar el viaje de una manera menos tediosa. La música llena ese vacío que abunda en las miradas de las personas.
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